top of page
Libros

Escribir no es complicado. Te sientas delante de la máquina de escribir y sangras

Ernest Hemingway

Entre otras muchas, dos de las destrezas que el médico cultiva de manera cotidiana, son indiscutiblemente la lectura y la escritura. Así como día a día los doctores escriben historias clínicas, de igual forma leen profusamente para estudiar y entender las enfermedades de sus pacientes.

 

    Uno de los atributos indispensables que un médico debe poseer en su relación con el paciente es saberlo escuchar. Saberlo escuchar no sólo a través del lenguaje verbal que emite, sino también a través del lenguaje no verbal que expresa; es decir, gestualidad, tono, ritmo, posturas, etc. En otras palabras, el médico debe ser capaz de “leer” al paciente.

 

     El poeta francés Mallarmé [1] declaraba que la escritura está comprendida en la lectura, ya que toda lectura es también una escritura.

 

     "Cuando leemos necesariamente reescribimos en nuestra mente y cuando escribimos extraemos de nuestra mente lo que hemos leído, mediata o inmediatamente, o lo que hemos 'leído' simultáneamente en esos dos momentos".

 

     Afirmó William Somerset Maugham: “No conozco un mejor entrenamiento para un escritor que dedicarse unos años a la profesión médica”.  Esta reflexión sitúa a la medicina y a la literatura en una intersección.

    

    La creación literaria y la profesión médica tienen más cosas en común de lo que podría pensarse. Así como para que el escritor cree una historia debe tener como material un argumento, un protagonista, un antagonista, una secuencia, un conflicto y un desenlace; asimismo el clínico para la confección del relato tiene este material técnico : 1) la historia clínica del paciente; los escritores la llaman tema o argumento; 2) el médico conoce al paciente; los escritores lo llaman protagonista; 3) el médico trata la enfermedad y la conoce; los escritores la llaman antagonista; 4) el médico conoce el desarrollo de la enfermedad; los escritores la llaman secuencia; 5) Los médicos son testigos de la lucha -enfermedad, muerte y sufrimiento-; los escritores lo llaman conflicto. 6) el médico conoce el diagnóstico y cuál puede ser su evolución, las curas, actos de heroísmo e incluso milagros; los escritores lo llaman desenlace o final. 

   

    Sumada a la parte técnica están las vivencias que el médico experimenta todos los días. Chejov escribió: "Un médico tiene días y horas terribles... estas horas y días terribles de los que estoy hablando sólo les suceden a los médicos". 

 

     El médico vive y conoce de manera cabal los más íntimos sentimientos y emociones del ser humano ya que se enfrenta a los dos procesos humanos más intensos: la vida y la muerte. El médico escritor tiene, además de su experiencia médica, talento, capacidad de observar y dominio del lenguaje.

 

    Ustedes, médicos escritores poseen el talante para escribir, tienen un abundante repertorio de escenas y escenarios, personajes sugestivos y copiosas historias. ¡Los invitamos a escribir!

​

[1] Mallarmé, Stéphanie. "Crise de vers" en: Poésies, Booking international, Classiques Français, Paris, 1993; p.194.

bottom of page