
Hace unos años, en una nota periodística, Juan José Millas decía que la existencia de editoriales, que él llamaba emergentes, es indispensable para futuro de la literatura, para el beneficio de los autores y, finalmente, para satisfacción de los lectores. La editoriales tradicionales hacen una selección de las obras y de los autores que se van a publicar, basada fundamentalmente en las posibilidades que tiene la obra para ser vendida. Desde luego, la calidad es casi siempre tomada en cuenta, porque las obras sin calidad difícilmente tendrán buenos resultados. Además, estas compañías cuentan con amplios canales de distribución y ventas que facilitan enormemente su labor. Desde luego, los editores y las compañías editoriales de vez en cuando apuestan por autores nuevos, que tienen ya alguna obra publicada y recibida con algún éxito, pero no es lo más habitual.
Vivimos una época difícil para la literatura y la publicación de libros. El número de lectores no crece como se desearía, los costos de la elaboración de los libros se aumentan y, con ello, el precio de venta. Todo agravado por la pandemia, que aunque al parecer condujo a que se leyera más, dificultó enormemente la producción y distribución de los libros.
Palabras y Plumas se ha establecido plenamente como una Editorial Emergente, que publica obras de autores poco conocidos y muchas veces son ópera prima. De temas poco convencionales, lo que es una actitud valiente que permite un crecimiento de la literatura. ¡Como si fuera poco, ha establecido una distribución personalizada que es cómoda y eficaz!
¡Larga vida a Palabras y Plumas!
Dr. Manuel Ramiro
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